Suelen decir que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Algo parecido ocurre con las humedades que se generan en las terrazas en épocas lluviosas.Es conveniente atajar este tipo de problemas cuanto antes para evitar causar problemas de salubridad en los vecindarios.
Hay diversos procedimientos para impermeabilizar una terraza. Desde nuestro punto de vista, las ventajas e inconvenientes de estos métodos de impermeabilización son:
El proceso de colocación es menos laborioso pero el agua, al contacto con estas colas hace que se debiliten las uniones y acabe filtrando el agua por ellas. Es mucho más difícil impermeabilizar zonas como ángulos o rodapiés y por ello no se obtienen los mejores resultados de impermeabilización.
También son fáciles de aplicar pero con el tiempo, y sobretodo si están expuestas al sol, se agrietan y pierden sus propiedades.
Son sencillos de aplicar, ahorran pasos en la ejecución de la impermeabilización porque basta con picar la zona afectada y echar el mortero aplicando las caidas adecuadas. Sin embargo, si la zona que se quiere aislar es muy grande convendría dejar juntas de dilatación y, en tal caso, estaríamos creando una filtración. Si se prescinde de las juntas de dilatación y el clima tiene cambios de temperatura extremos, el mortero puede fisurarse causando la temida filtración.
Su colocación es más laboriosa, pero, bajo el punto de vista de InmoReformas, es la que mejores resultados y mayores garantías ofrece. El procedimiento que se sigue es: